No debería estar escribiendo güevonadas ahorita porque en realidad debo ocuparme de otras cosas más urgentes, y tampoco quiero convertir a Riko Malt From Hell en un espacio para quejarme de cualquier verga, pero la verdad es que ya no puedo aguantar más...
Viajar en autobús casi nunca es una experiencia agradable y muchos (como yo) están condenados a hacerlo a diario a falta de otra solución. Para evitar equívocos desagradables dentro de estos vehículos públicos se observa un cierto protocolo que podríamos considerar universal... al menos eso creía hasta hace poco tiempo. He comprobado que la gente cuando anda en la calle le importa un carajo el resto de la humanidad.
Tranquilo estimado lector, este no es un intento desesperado de educar a un prójimo desconsiderado y come mierda, que parece querer limpiarse el culo con cualquier mínima norma de cortesía... no pienso invertir mi energía en una tarea tan chencha como esa... esta es mi guía anti-stress para el viajero urbano, ahorrándole en buena medida tener que lidiar con los molestos pasajeros cabezas de güevo que creen que andan en una limosina con puestos de más:
1. La selección del asiento: Este es un paso crucial para tener un viaje placentero (o al menos decente). Se trata de un verdadero arte ubicarse de tal manera que el sol no nos castigue durante todo el trayecto, ni que los constantes brincos de la suspensión mal ajustada nos hagan polvo los riñones y que nuestro vecino en el asiento no nos haga arrepentirnos de existir. Resulta casi imposible combinar estas tres dimensiones de manera efectiva, sólo aquellos muy experimentados en recorrer ciertas rutas en ciertos horarios pueden estar seguros de su éxito y sin embargo, basta con un compañero de viaje con mal aliento para convertir un posible batacazo en el peor recorrido de todos.
No desespere mi querido lector, siempre hay estrategias para minimizar el riesgo de enfrentarse a estos desastres. Como usted probablemente no será el primero en abordar el vehículo entonces fíjese bien en la fauna que ya se subió... por favor... tampoco los mire como si estuviese mirando una cochinera, no hay que ser mal educado, con un vistazo rápido basta para identificar a los posibles sujetos insoportables: los que tienen cara de estar rascaos a las 6 de la mañana, los que tienen 3 maletas de 40 kilos, las señoras que andan con dos carajitos y los que tienen la músiquita del celular puesta sin usar audífonos son algunos de los candidatos que entran en esta categoría.
Una vez identificados los sujetos peligrosos, ni se le ocurra sentarse al lado de ellos o en las inmediaciones. Escoja una asiento libre del todo o al lado de una linda señorita porque esas siempre se portan bien y se ponen perfumito. Trate de no parecer un maniático sexual si opta por la segunda opción... he visto muchos jóvenes decentes ser tildados de "quesúos", "birriondos" y otros improperios por actuar de manera descuidada (de bolas, en el autobús solo estaba montada la señorita y vino el muy bolsa y se le sentó al lado teniendo TODOS los demás asientos libres ¿qué va a pensar uno?).
Si escoge la opción de un asiento libre entonces permanezca atento... en el mejor de los casos se sentará junto a usted una de esas lindas señoritas, pero puede que en lugar de eso el que se siente a su lado sea un maldito cabeza de güevo profesional.
Siempre hay dos opciones cuando se escoge un asiento libre: pasillo o ventana. La ventana es un poco más arriesgada, pues por lo general el asiento vacío que queda en el pasillo representa una opción más fácil para cualquiera al no tener que ladillar a nadie para ocuparlo. La opción del pasillo significa que el asiento de la ventana será ocupado por algunos de los últimos pasajeros en abordar la unidad (es una opción muy viable si se ha pasado revista por la cola y se ha comprobado que todos los vecinos potenciales cumplen con las condiciones sanitarias adecuadas).
Si sufre usted de mucho calor o de claustrofobia y necesita viajar en la ventana porque si no le da una vaina, entonces le voy a dar un dato: mientras siguen subiéndose los otros pasajeros NO haga, repito NO HAGA contacto visual con ninguno a menos que esté dispuesto a compartir el asiento... seguramente está cuestionando mis conocimientos en la materia, pero lo invito a probar mi postulado la próxima vez que tenga una oportunidad. Yo no soy ningún loco y puedo explicar esta conducta gracias a lo espantosamente difícil que es la comunicación humana:
- El que está sentado vé a la persona de pie y piensa: "Coño... no te vayas a sentar aquí que estas muy gordo coño".
- El que está de pie vé a la persona que está sentada y que la está mirando y piensa: "Este no tiene tanta cara de culo, al menos no me voltea la cara, me voy a sentar aqui".
Resultado: el que estaba sentado se agarra una calentera y tiene que ir todo el viaje apretujado por las carnes de su vecino. En este caso culpo al que se sentó primero, porque a menos que se trate de una linda señorita, EL CONTACTO VISUAL CON CUALQUIER OTRO PASAJERO TERMINANTEMENTE PROHIBIDO, pues ya se demostró que puede y será interpretado como una invitación a ocupar un asiento vacío (le prevengo... cierto tipo de contacto visual hacia las lindas señoritas al experimentar con mis teorías pueden ser motivo de asesinato, especialmente si se aborda el vehiculo en compañía de la esposa o concubina de turno, haga sus prácticas de laboratorio cuando haga viajes solitarios).
2. La conversación: Para tener un viaje lo más tranquilo posible, evite cualquier conversación con su vecino, en especial si este ya cruzó la barrera de los 70 añitos que es la edad de las viejitas que están en flor; de alta peligrosidad, son extremadamente habladoras de güevonadas, lo que puede parecer un comentario educado, o una observación acertada, e incluso un simple "buenos días" puede ser el inicio de una cháchara interminable. Si esto ocurre, haga uso de alguna de estas soluciones:
- Hágase el dormido a la primera oportunidad, pero eso si, anuncie primero que va a dormir sin dar muchas explicaciones (créame, mientras más explique las cosas, más güevonadas le responderán).
- Haga sonar su celular y finja hablar con su jefe. Siga hablando mientras su creatividad se lo permita o hasta que su vecina capture a otra víctima. Si esto último ocurre cuelgue y hágase el dormido.
- Diga que si a toda vaina con la cabeza por un minuto sin decir palabra, luego póngase los audífonos y prenda su música a un volumen lo suficientemente alto como para ahogar cualquier sonido exterior. Recuéstese y relájese. Si esto no es suficiente para callar a su interlocutora, entonces muévase al ritmo de la música de la manera más extravagante que pueda sin alarmar a los demás pasajeros.
Si no le toca una viejita sino una linda señorita, esta norma igual debe respetarse, no le busque conversación si no quiere ser tratado como usted trata a las viejitas ladillosas... no me importa que usted crea que esa va a ser la mujer de su vida ni que es la vaina más espectacular que ha visto en su vida... no me importa... no sea pendejo y quédese tranquilo.
En lo personal yo siempre viajo en pasillo para ahorrarle la molestia de levantarse a mi vecino cuando yo tengo que bajarme, pero a veces no tengo otro remedio que sentarme en ventana y pedir permiso. Esto debe hacerse en lo posible con el lenguaje corporal. Si su vecino es una persona atenta y educada, notará su necesidad y le dejará pasar. Si su vecino es un agüevoniao y viene jeteao y con la baba colgándole, entonces deberá acudir a la palabra para pedirle permiso; cuando haga esto procure verse lo más grande que pueda, porque si el atravesado lo ve muy flaquito entonces no querrá levantarse de su cómoda postura y usted va a tener que pasarle el culo por la cara al salir, lo que no será agradable para ninguno de los dos (aunque se hayan visto casos de gente a la que le gusta esa vaina... no sea degenerado y deje de pensar en esas porquerías).
3. La postura: Una postura adecuada en el asiento sin duda ganará el respeto de nuestro vecino: otorgarle demasiado espacio puede hacerle pensar que es usted un pusilánime y lo tomará con desprecio, usurpar el 40% de la porción que le corresponde en el asiento con las piernas abiertas y una mano en la entrepierna puede dar la impresión de que usted es un abusador con lo que no le dejará otra opción que tomar el espacio invadido por la fuerza.
La colocación de la cabeza es de igual importancia, si desea dormir lo más recomendable es inclinar la cabeza en dirección opuesta a la posición de su vecino (no me importa que su vecina sea una linda señorita... la cabeza va en dirección opuesta y punto). Si se ve en la temida situación del vecino dormilón que termina apoyado sobre su hombro, no se alarme, probablemente a los pocos segundos se despertará alarmado y le pedirá disculpas. De ser necesario actuar para que el interpelado se despierte entonces sacuda el hombro afectado para darle un buen carajazo o la cantidad que haga falta para sacarlo de su sopor (procurando que no se fracture el cráneo en el proceso). No le dirija la palabra cuando se despierte, ponga su cara de culo más temible y hágase el ofendido; esto es realmente difícil para algunas personas que despues de propinar el castigo físico no pueden evitar reírse del dormilón, si usted es uno de estos, agúantese la risa y ponga cara de culo y hágase respetar.
Recuerdo una ocasión en que me tocó un dormilón que no llegó a recostarse en mi hombro sino que el muy muérgano tenía el cogote a la altura de mi pecho. Luego de arrecharme lo suficiente y sacudirle un par de tortazos, no pude evitar reirme de lo ridículo de aquella situación, pero para no ser muy escandaloso lo hice con la boca cerrada ¿saben ustedes lo que pasa cuando uno se ríe por la nariz? pues precisamente eso que se imaginan... en lo que el prisionero de guerra saltó libre para posarse en la nuca de aquel descuidado, mis risas fueron suficientes para despertarlo. Afortunadamente no se dió cuenta del peso extra que llevaba colgando de la cabeza, me imagino al notarlo se debe haber cagado en mi madre, pero seguro que aprendió su lección y nunca más se durmió en el regazo de un jóven acatarrado en un autobús.