sábado, 19 de marzo de 2011

Alto pana


martes, 16 de noviembre de 2010

La traviesa vanidad

Hoy estaba leyendo Noticias 24 (perdóname Andrés Bello) cuando tropecé con un artículo que me llamó la atención por el título:


Este titular me hizo pensar: "Verga ¿será que hay gente tan cachilapa que va al dentista más pirata que se consigue por lo cara que se ha puesto la ortodoncia?" pero luego descubrí que la realidad es mucho peor que mi inocente ocurrencia (spoiler alert!).

Vamos a estar claros con algunas vainas:

  1. Muchas modas son absurdas y ridiculas (por eso son modas, sino serían mandamientos coño!).
  2. Algunas de estas modas atentan contra la salud del individuo, por ejemplo: una persona que se tatúa "Soy el terror de Carapita" con tinta china y una aguja que limpian con saliva va a a sufrir de infecciones hasta en las infecciones. Misma verga con los piercings.
  3. La persona que la lleva a veces sufre incomodidad por estar a la moda (pregúntenle a cualquier vieja güevona que no todavía no sabe andar en tacones).
  4. Son un símbolo de estatus social (no se que poner en este paréntesis pero es que quedaba muy cortica la frase).
Analizando el contenido del artículo, vemos que efectivamente la moda de los "brackets chimbos" califica perfectamente:

1. Es absurdo que una persona que no tiene nada en los dientes se ponga una vaina de esas con un odontólogo de verdad. Ah pero es que no se lo ponen con un odontólogo de verdad, peor todavía.

2. Atenta contra la salud del individuo en varias dimensiones:
  • a corto plazo el cabeza de culo (si, cabeza de culo porque lo que tiene es mierda adentro) que se hace este "tratamiento" se puede:
    1. Intoxicar con pega loca
    2. Se le puede despegar una vaina de esas de un diente y atragantarse estúpidamente .
    3. El instalador puede romperle unos cuantas muelas en el proceso de montaje.
    4. Puede llegar un motorizado, echar un gargajo y metérselo en la boca por tenerla abierta para que el otro le monte los fulanos aparatos.
  • A largo plazo es evidente que el daño a los dientes será bastante considerable, dependiendo claro está de lo concienzudo que sea el dentista callejero (en este caso es mejor que sea descuidado para que duren lo menos posible).
3. La persona sin duda sufre incomodidad porque ¡llevar aparatos en los dientes es la vaina más ladilla del mundo! la gente que los lleva pasa más trabajo que el coño y no se puede comer ni un micro chicle porque ya cagó todos los alambritos.

4. Ehhhhh, estatus social, supongo que por lo que cuestan unas vainas de esas.

Aquí en el punto 4 es donde hay que detenerse: podemos especular sobre el origen de esta moda y una posible conclusión es que se trata de la búsqueda de estatus, pero ¿por qué?

¿Será porque valen una boloña de real y el que tiene para pagarlos está forrado? es posible.
¿Será que se ven bonitos? si este es el caso, me van a perdonar pero tienen cáncer en el gusto.
¿Será que hace ver rudos a los chamos e inocentes a las chamas? cualquier vaina absurda.
¿Será que la idea es realmente escoñetarse los dientes para luego tener que ponerse unos de verdad y tirar pinta como es debido?
¿Será que... verga ya me fuí.

Ahora tengo una curiosidad del coño por ver como quedan unos bichos de estos callejeros. Me pregunto como sería la primera instalación que se hizo en Caracas, y con que carajo lo hacen, ¿sería que se volteó un camión con piezas de esas en algún barrio? ¿o es que los hacen con 10 clips, pega loca y un alicate?


Por cierto, si leen el artículo no se pierdan los comentarios de los lectores que son una vaina surrealista, en especial cuando empieza el predicador de la Astrología, el contenido es tan absurdo que sería un excelente guión de un corto de estos independientes. Cuidao con los dentistas callejeros!

lunes, 4 de octubre de 2010

Cuchillo grande pero más corto que una espada

A pesar de los fuertes intentos de censura, Robert Rodríguez defiende a capa y espada su Machete.


Los primeros espectadores de la nueva película de Robert Rodríguez abandonaron la sala ansiosos por un poco más de Machete.


Ni a los curas ni a las monjas perdonó el malévolo Machete

El Machete de Danny Trejo decepciona a los críticos especializados.


Tras entrar en la categoría de película de culto, los fanáticos comentan: "después de un maratón de películas, no hay nada como cerrar la noche con una buena dosis de Machete"


Una crítica muy positiva dice: "La única forma de que esta película fuese mejor de lo que es, sería que en vez de uno hubiesen dos Machetes".



A Tarantino le agrada el último trabajo de Robert Rodríguez pero dice que hubiese preferido un Machete más jóven.





El rodaje de la película ha sido tan intenso que Michelle Rodríguez y Jessica Alba declararon "estar hartas de Machete".

sábado, 31 de julio de 2010

Por si no lo sabe

Últimamente he visto muchos anuncios navegando por la red con la siguiente pregunta: ¿Quién fue usted en su vida pasada?

Resulta que es una vil propaganda que no le ofrecerá la respuesta a su pregunta. La verdadera respuesta la pueden encontrar en: ¿Quién fue realmente usted en su vida pasada? o si no, mejor aquí.

Espero que la respuesta los ilumine.

martes, 29 de junio de 2010

Riko Malt número 2!

Hay momentos importantes en la historia de Riko Malt from Hell que deben ser recordados por siempre. Hoy es una de esas ocasiones especiales y quiero compartirla con ustedes fieles seguidores.


Como me da ladilla muchas veces escribir toda la dirección del blog cuando no estoy en  mi casa, hago una búsqueda en Google ahorrándome algunas palabras (na´güevoná e´flojo este carajo) y entre los resultados que obtuve salieron hoy descubrí este importantísimo ranking:

Ranking "Jodedera" en NetworkedBlogs

 Riko Malt from Hell se ubica en la segunda posición de NetworkedBlogs en la categoría de "Jodedera"... aplausos... brindis... más aplausos... discurso pavoso... esto no sería posible sin ustedes... bla bla bla... jala pero no te guindes güevón... verga que arrecho... eres un ídolo... ese conteo es chimbo... el CNE hace trampa... coñoesumadre... eeeeeeehhhh (y ya en esta parte todo el mundo está rascado).


La vaina dice "13 followers", me pregunto ¿quién coño serán esos 13?

MIENTRAS MÁS ME LO MAMAS MÁS ME CREEEECEEEE!!

Lo Agarraron

Para los que son fanáticos de Desorden Público, como lo soy yo, la frase "Es un hombre serio, trabaja en un Ministerio" es conocida desde hace años. La canción que incluye esta frase es motivo hoy de inspiración para mi por varias razones:

1. Actualmente estoy trabajando en las oficinas del Ministerio de Cultura.
2. Aquí en Madrid la gente es más seria que en Caracas.
3. Estoy ladillado porque no tengo un carajo que hacer.

Bueno... a lo que vine, la canción de Desorden dice:

"Es un hombre serio
trabaja en un Ministerio
pero al llegar el viernes
la seriedad se pierde
Levanta los pies del escritorio
y guarda la Playboy en el portafolios"

Como ven las dos últimas líneas de la estrofa se prestan para una jodedera virtualmente infinita (yo sé que eso tiene un nombre que no es "línea" pero la gente que lee esto no es necesariamente licenciada en letras, no me jodan). Creo que esta entrada la disfrutarán los lectores increíblemente ordinarios pero ninguno más que yo mismo. Ejemplos:


Levanta los pies del escritorio
y arma una jugada de laboratorio


Levanta los pies del escritorio
y se da una sobredosis de antiinflamatorio 


Levanta los pies del escritorio
y manda groserías por correo electrónico



Levanta los pies del escritorio
y juega carnaval en el auditorio



Levanta los pies del escritorio
y se roba una plata en un locutorio


Levanta los pies del escritorio
y mete la paloma en el portafolio



Levanta los pies del escritorio
y lee güevonadas en el periódico


Levanta los pies del portafolio
y se coje a la secre en el escritorio


Levanta los pies del escritorio
y mama güevo flaco en la oficina del fondo



Levanta los pies del escritorio
se tira un peo hediondo y mancha el suspensorio


Levanta los pies del escritorio
y se jala la paloma pensando en chochos


Levanta los pies del escritorio
y mata un poco e´ gente porque es alcóholico


Levanta los pies del escritorio
y pisa un mojón en el lavatorio


Levanta los pies del escritorio
y tiene sexo anal con un vejestorio



Levanta los pies del escritorio
y escribe estas vainas porque esta loco

martes, 11 de mayo de 2010

Decorando

Hay ocasiones en la vida en las que nos vemos obligados a adquirir diversos objetos que nos permiten llevar una vida más confortable y organizada. Estos objetos que adquirimos satisfacen una rango muy variado de necesidades, entre ellas: el transporte, la conservación de alimentos, el entretenimiento, la protección contra los elementos naturales, la higiene personal o del hogar, un gusto estético... pare de contar.

Muchas veces estos objetos nos sirven para no tener a todos los demás objetos regados por el piso de la casa, funcionando como contenedores, como soporte o como ambas cosas al mismo tiempo. Vamos a estar claros: los muebles son unos segundones, se puede vivir sin un closet pero no sin la ropa que lleva adentro, así como se puede vivir sin la mesa del comedor pero no sin comer, e igualmente se puede vivir sin el mueble del televisor pero no sin el televisor (recuerden que viene el mundial coño).

Según este razonamiento, siendo los segundones de la casa, los muebles son unos maricos acomplejados, y como buenos maricos acomplejados tienen que joder la paciencia; por eso es que, por regla general, quieren ser algo más de lo que en realidad son: pretenden ser una vaina decorativa, una vaina que aguanta doscientas setenta y cinco cosas en lugar de una sola, una vaina ridículamente delicada para lo que está hecha (¿quién no ha escuchado la famosa frase: "¡COÑO USA EL PORTAVASOS QUE VAS A DEJAR UNA MANCHA MAM@G%$V@!"). Por ello, comprar muebles se vuelve realmente costoso y nosotros los pobres clientes que no somos carpinteros para ponernos a fabricar nuestras propias güevonadas, terminamos pagando por una cantidad de cosas que ni remotamente necesitamos.

Los párrafos previos forman parte de mi disertación en solitario del viernes pasado, día en el que me mudé a una habitación en alquiler. Como la habitación nada más viene con la cama y el closet, me ví obligado a comprar una vaina para meter las medias, los interiores y los diversos cachivaches que no puedo colgar de un gancho. Siendo un tipo extremadamente práctico (flojo) y económicamente consciente (pichirre) me decidí a visitar la famosa tienda sueca IKEA, distinguida por su calidad, variedad y bajos costos.

Honestamente, la tienda es cojonuda, por eso es tan famosa. Se puede equipar una casa completa con muebles IKEA, desde el sofá hasta los cubiertos, pasando por las toallas, las alfombras y los topes de la cocina. Para mi la decisión no fue muy difícil, conseguí exactamente lo que buscaba en poco tiempo (las otras 2 horas que pasé en la tienda las usé viendo virguerías que no tenía intención de comprar). Regresé a casa muy satisfecho por haber resuelto mi problemilla con celeridad. Las compras las hice en la tarde del día sábado, en la noche me fuí a beber caña y a ver el fútbol para sacudirme un poco la sensación de recién casado que tenía por pasar tanto tiempo expuesto a cosas para el hogar.

El domingo me desperté animado y dispuesto a armar los peroles. Los peroles que debía armar eran tres: un gavetero, un pequeño escritorio y una silla. Me decidí a comenzar por el más complicado que era el gavetero. Después de mover la caja hasta un sitio donde trabajar en un esfuerzo titánico digno de Hércules, extraje su contenido: mierdero de tablas, tablitas, tablones, una bolsa con unos tornillos más raros que el carajo y finalmente las instrucciones. Los cabezas de güevo suecos del orto elaboran las instrucciones de armado ingeniosamente a punta de imágenes solamente, no hay ni una sola palabra escrita en esa verga, se ahorran plata hasta en traducciones los muy agarrados.

La primera instrucción indica que hacen falta dos personas para armar el coroto. La segunda instrucción indica que debo hacerlo sobre una superficie blanda, como una alfombra, para evitar maltratar las piezas. Ambas instrucciones fueron ignoradas con una leve exclamación de desprecio. Había otras indicaciones con el mismo muñequito con cara de cagón que armaba el perol en solitario y que se le rompía la vaina, que ni me molesté en mirar.

Ávidamente y con mi navaja multiusos en mano, pasé a ver los diagramas. En la figura "1" había como cinco instrucciones juntas. Me esmeré en seguirla con cuidado porque las tablas laterales tienen como ciento noventa huequitos de distintos diámetros y un error podría costarme un buen rato de trabajo adicional. Con tanto cuidado ejecuté la instrucción que no me dí cuenta de que la cagué sino hasta el final.

Con la figura "2" me ví en los zapatos del muñequito cagón que armaba el mueble sin ayuda. Fue realmente jodido juntar los tablones laterales del coño sin volver mierda los listones que me servían como unión, que no los pudieron hacer más flaquitos porque si no, no cabían los tornillos y los toconcitos de madera que los mantenían sujetos.

Una vez superada esta etapa, había que colocar la tabla superior. Cuando coloqué la tabla (con la parte del frente hacia atrás), me dí cuenta de que había unas piecitas plásticas de lo más curiosas. Poner esas piecitas en la parte inferior de los tablones laterales para evitar dañar el piso era una de las instrucciones secretas de la figura "1".

Según algunos de mis amigos, todo lo que necesito para armar las cosas de IKEA, ya viene dentro de la caja; esta afirmación por supuesto que es una vil mentira producto del mercadeo y la capacidad infinita del ser humano para decir güevonadas. Pensé que con mi navaja navaja multiusos de "macho vernáculo con el pecho pelúo" podría resolver el asunto, pero en cuando me ví en la necesidad de un martillo para montar la parte trasera dije... coño, la navaja es dura pero no TANTO.

Una vez martillada la parte trasera, caí en cuenta de que la tabla superior estaba mal puesta. Luego de haberme cagado mentalmente una vez más encima de todos los que diseñaron el mueble y sus instrucciones, reparé el error y continué con las gavetas (había unas indicaciones de seguridad que decían que tenía que ponerle unos ganchos y atornillar el mueble a la pared, que fueron ignoradas bajo la premisa "nooooooooo seas tu tan marico, yo no voy a atornillar un carajo a ninguna pared ni aquí que vivo alquilado, ni en mi casa cuando la tenga).

Para evitar cometer más errores, me tomé mi tiempo para armar la primera gaveta. Esto no quiere decir que no la haya cagado, lo que quiere decir es que fue la única vez que seguí las instrucciones. Las tres gavetas restantes fueron armadas con celeridad y confianza, sólo retrocediendo al observar las piezas sobrantes, claro indicador de que algo está fallando.
Al finalizar metí todas las piecitas sobrantes en una de las bolsitas y las eché dentro de una gaveta "por si acaso". Ese "por si acaso" significa que permanecerán allí por varias décadas, salvo por los clavitos que sobraron que siempre sirven para cualquier pendejada.

¿Recuerda usted mi queridísimo lector que al seguir las primeras instrucciones mencioné que la cagué pero que no me dí cuenta sino hasta el final? Pues bien, al poner la última gaveta en su sitio, reparé en que la tablita que va más pegada al piso estaba puesta de manera que el acabado quedaba hacia adentro. En este punto, me cagué pero de la risa y pensé que sería un buen recordatorio de que al fin y al cabo, me importa un carajo que tan bonito es el fulano gavetero.

Después de esta entretenidísima labor, sudoroso y con las manos un poco maltratadas, me sentí sumamente satisfecho y, rebosante de testosterona, arremetí contra el escritorio. Dado que el escritorio está compuesto por solo cinco tablas, pensé: "Esto es un jamón... en 15 minutos está listo". Las instrucciones seguían el mismo patrón... no arme la verga solo, no lo arme sobre el piso o lo va a joder. En cierto punto pensé... "coño estas instrucciones no pueden estar bien... no puede ser que tenga que atornillar estos rieles encima del acabado de la tabla donde no hay ni un puto hueco". Después de cavilar un rato, me decidí a atornillar los rieles a un lado de la tabla para no dañar el "hermoso" acabado.

Error. Eres un güevón. ¿Ves que eres güevón?. Si las putas instrucciones dicen que lo atornilles encima, pues que se joda el acabado, mala leche.

Los rieles estaban en posición pero los tornillos no dejaban pasar la tabla por las rueditas. A sacar la vaina y volverla a poner. Después de sacarme callos en ambas manos abriendo cuatro huecos en una tabla a punta de destornillador y fuerza bruta (en ese momento me parecía particularmente "bruta") tomé un breve descanso.

Sólo falta la silla. La silla si cumplía con la promesa, tenía su propia herramienta para encajar todos los tornillos. Estaba seguro de que con esta no cometería ningún error: "son tan pocas piezas que no puedo cagarla". De más está decir que volví a embarrarla, un poco menos que antes, pero igualmente embarrada. Esta vez bastó con sacar dos tornillos para enmendar la equivocación.

Invertí cerca de cuatro horas armando tres pendejadas. De haber seguido el consejo de armarlos en conjunto, probablemente hubiese tardado hora y media en total; aunque pensándolo mejor tal vez hubiese tardado lo mismo, poniendo la torta más todavía y encima arrechándome con el/la ayudante por incompetente y no saber seguir al pie de la letra las precisas instrucciones elaboradas por un preciso europeo del norte.